¡Hola, creativas!
Hoy, os propongo una serie de recomendaciones para mejorar el sueño del bebé.
A mí, personalmente, me resultaron muy útiles con mi hijo. Y es que, desde que era recién nacido hasta los tres años, aproximadamente, le costaba mucho quedarse dormido.
Por eso, hoy quiero compartir con vosotras algunas ideas para mejorar el sueño del bebé, que a mí me han funcionado, durante los primeros años de mi maternidad. Así que, espero que os puedan servir de ayuda.
Utilizar sacos de dormir para bebé tiene muchas ventajas.
El saco de dormir para bebé, que había adquirido en la tienda online de Mimuselina, ha sido uno de mis artículos imprescindibles durante la maternidad. Os lo recomiendo, sin duda, porque tiene muchas ventajas.
La primera de ellas, y, desde mi punto de vista, la más importante, es la seguridad. Ya que, el saco de dormir es mucho más seguro para el bebé que una sábana, edredón o manta. Pues, está confeccionado como una única pieza, que envuelve al recién nacido, pero que deja fuera tanto la cabeza como los brazos. De este modo, por ejemplo, no hay riesgo de que el bebé pueda cubrirse la cara por accidente, mientras duerme.
Otra ventaja del saco de dormir es que el bebé no se desarropa mientras está durmiendo. Incluso, aunque se mueva mucho. Por tanto, tiene libertad de movimientos, ya que, como he comentado anteriormente, tanto los brazos como la cabeza quedan fuera del saco, pero, a la vez, permanece arropado mientras duerme.
Además, otra ventaja es que podemos escoger diferentes sacos de dormir para bebés, según la época del año en la que nos encontremos. Por ejemplo, en primavera y en verano, es recomendable optar por tejidos más ligeros. Y, en otoño e invierno, podemos escoger sacos más cálidos.
Hay muchísima variedad de sacos de dormir para bebé. En nuestro caso, teníamos dos más cálidos, y otros dos, más finos. En total, cuatro. Y es que, a mí, me gustaba tener siempre uno de repuesto, por si el otro se manchaba.
Es más seguro evitar cojines, almohadas, juguetes y otros objetos dentro de la cuna.
Por la propia seguridad del bebé, es recomendable mantener despejada, y libre de objetos, la cuna en la que duerme nuestro pequeño.
Así que, os recomiendo evitar cojines, almohadas o juguetes, entre otras cosas, dentro de la cuna donde duerme el bebé. Ya que esto es lo más seguro para él.
Para dormir, es mejor una superficie plana y firme.
Lo más recomendable es que el bebé duerma sobre un colchón con una superficie que sea plana y firme, en lugar de estar inclinada.
Esto es algo que, a mí, me recomendó la pediatra. Ya que, en nuestro caso, utilizábamos mucho, tanto la hamaca como el carro, y, a veces, el bebé dormía la siesta inclinado.
Por ello, en la medida de lo posible, hay que tratar de evitar que nuestro pequeño adopte este tipo de posturas a la hora de dormir. Así que, si estamos fuera de casa, y es el momento de que el bebé duerma la siesta, lo más adecuado es colocar el carro en una posición tumbada.
Es recomendable ventilar bien la habitación donde duerme el bebé.
Ventilar bien nuestro hogar es fundamental y lo más saludable para nosotros. En especial, en las estancias donde dormimos. Ya que, al renovar el aire, este estará más limpio y tendrá menor concentración de dióxido de carbono.
Por ello, es recomendable que la habitación donde duerme el bebé esté bien ventilada. En nuestro caso, el pediatra me aconsejó ventilar la habitación de nuestro pequeño, durante cinco minutos al menos, media hora antes de irse a dormir.
Lo ideal es tener una temperatura intermedia para dormir.
A la hora de dormir, es recomendable que la temperatura de la habitación donde duerme el bebé no sea ni muy alta, ni muy baja.
En este sentido, la temperatura óptima debe ser intermedia, y estar en torno a los 20°, mientras el bebé duerme.
Para ello, os recomiendo tener un termómetro digital en vuestro hogar. Así, en cualquier momento, podéis conocer y controlar mejor la temperatura en el interior de la casa.
Para dormir, es mejor una habitación con tonos claros, y evitar colores muy vivos.
Cada persona tiene unos gustos diferentes a la hora de decorar la habitación del bebé. Por eso, con independencia del estilo de cada uno, al menos para los tonos de las paredes, hay que tratar de utilizar colores claros o pastel, y evitar colores vivos.
Y es que, aunque parezca algo irrelevante, hay que tenerlo muy en cuenta. Pues, los tonos claros favorecen la calma y la tranquilidad a la hora de dormir. Y, por el contrario, los colores muy vivos estimulan a los bebés.
Si al bebé le cuesta coger el sueño os recomiendo probar el sonido blanco.
La última recomendación, que os quiero proponer hoy, es optar por el sonido o ruido blanco a la hora de dormir.
Y es que, si a vuestro bebé le cuesta mucho coger el sueño, ponerle sonido blanco puede ser una buena solución. En nuestro caso, funcionó bastante bien con mi hijo.
El sonido blanco puede ser de muchos tipos. Por ejemplo, el de las olas del mar, el del agua de lluvia al caer, o incluso, el ruido que hace un secador de pelo. Lo que tienen en común todos ellos es que emiten un sonido suave, continuo, constante y monótono.
Esto se conoce como sonido blanco, y ayuda al bebé a relajarse y a conciliar mejor el sueño. Además, sirve también para aislarle de ruidos exteriores que puedan despertarlo.
Hay juguetes o dispositivos que emiten este tipo de sonidos. Si optáis por comprar alguno de ellos, recordad no meterlo dentro de la cuna, sino fuera de ella, por seguridad. Por ejemplo, podéis colocarlo en alguna estantería de la habitación donde duerme el bebé.
Y, hasta aquí, la publicación de hoy con recomendaciones para mejorar el sueño del bebé. Espero que os haya gustado, y, sobre todo, que os resulte útil.
¡Gracias por estar ahí!
¡Nos leemos pronto! 😉