¡Hola, creativas! Hoy, os propongo una manualidad sensorial, que también se utiliza en la pedagogía Montessori, muy fácil de hacer. Además, ayuda a aliviar el estrés infantil. Y viene muy bien para los momentos de enfado y las rabietas en los niños, que son bastante habituales (al menos en el caso de mi hijo). Se trata de una botella de la calma. También conocida como bote o frasco de la calma o sensorial.

 

Es una manualidad ideal para hacer con los niños, tanto de infantil como de primaria. De modo que ellos pueden ser partícipes tanto en la elección de los elementos y materiales que vamos a introducir en la botella de la calma, como en su elaboración.

 

A mí, personalmente, me trae muchos recuerdos de mi infancia. Pues, yo hice una versión muy parecida en el colegio, cuando era pequeña. Además, mi hermana y yo teníamos un juguete similar, con cuatro botes de diferentes colores.

 

Por otra parte, esta manualidad también la hicieron, a principios de curso, en la escuela infantil de mi hijo Yago, en la cuál, este año están poniendo en práctica algunos elementos de las pedagogías Montessori y Waldorf.
 

 

Sin embargo, un día de limpieza, tiramos la botella por error. Y la verdad es que fue una pena, porque al peque le gustaba mucho. Por eso, este fin de semana hemos hecho otra diferente.

 

Pero, antes de contaros cómo se elabora, os voy a hablar de su funcionalidad. Pues, seguro que os estáis preguntando si esta manualidad infantil calma de verdad a los niños o no. Pero, eso es algo que depende de muchos factores. Así que, os voy a contar nuestra experiencia y algunos trucos para sacar partido a la botella de la calma.

 

Botella de la calma Montessori

 

Si dejáis a los peques interactuar por sí mismos con la botella, sin imposiciones, sin condicionamientos previos, sin los típicos “esto se hace así…”, probablemente, todo lo que ésta contiene en su interior, mas el sistema nervioso del niño, harán el resto.
 

 

Si, además, como es mi caso, les pedimos prestada su botella y les contamos que la vamos a utilizar para calmarnos, los niños comprenderán mucho mejor cuál es su función. Y… ¿Quién sabe? ¡A lo mejor aprenden a relajarse con ella!

 

Yo os recomiendo que la probéis. Y que, después, me contéis qué tal ha sido la experiencia. ¿Os parece bien? Yo lo he hecho y a mí me ha funcionado. No sé si será por el vaivén del agua con la purpurina, por los colores, por la tranquilidad con la que caen los elementos que hemos introducido, o por todo a la vez. Pero, he conseguido que me calme. Y mi hijo Yago, durante el tiempo que juega con ella, está tranquilo, sonriente y feliz…¡¡Le encanta!! 😉

 

Botella de la calma Montessori

 

A continuación, os cuento la elaboración de la botella de la calma, paso a paso, que es muy sencilla, así como los materiales empleados.

 

MATERIALES:

 

– 1 botella de plástico pequeña. Os sugiero que, con los niños más pequeños, no utilicéis botellas o botes de cristal para esta manualidad infantil. Ya que se pueden a romper a la mínima, y es una pena.

 

Agua caliente.

 

Glitter transparente o de colores. Como alternativa, también se puede utilizar aceite de bebés y colorante alimentario.

 

Purpurina de colores.

 

Pompones. En casa, nosotros los utilizamos para un montón de manualidades.

 

Lentejuelas de colores.

 

Estos son los materiales que nosotros hemos seleccionado para meter en el interior de la botella de la calma. Pero, podéis escoger otros elementos. Lo que queráis, pero que no tengan mucho peso y que no se deshagan con el agua. Por ejemplo, podéis incluir botones, garbanzos o retales, entre otras muchas cosas.

 

Botella de la calma Montessori

 

Botella de la calma Montessori

 

 
ELABORACIÓN:

 

1. Primero, hay que llenar la botella de plástico con agua caliente. Y, a continuación, añadimos dos cucharadas de glitter.

 

2. Después, cerramos bien la botella. Y, a continuación, la agitamos hasta que se deshaga el glitter.
3. En tercer lugar, echaremos la purpurina, cerraremos la botella y la agitaremos de nuevo, hasta que se disuelva todo por completo. En nuestro caso, nosotros hemos mezclado varios colores. Pero, también, podemos utilizar un único tono.

 

Botella de la calma Montessori

 

4. Por último, hay que introducir el resto de elementos que van a moverse por el interior de la botella de la calma. Como hemos comentado anteriormente, hemos escogido pompones y lentejuelas de colores. Pero, podéis dar rienda suelta a vuestra imaginación y creatividad, e introducir lo que os apetezca (siempre y cuando sea apto para los niños).

 

Botella de la calma Montessori

 

5. Llegados a este punto, es conveniente sellar el tapón con silicona o pegamento para que no se abra, ni se derrame su interior. Salvo que vayamos a utilizar esta manualidad con niños más mayores y diferentes fragancias, para hacer una actividad relacionada con el olfato.

 

Y… ¡Esta es nuestra botella de la calma! No os imagináis la cantidad de colores y matices que se pueden observar a través de ella, si la acercamos a una ventana o la vemos con luz natural. Podéis girarla, agitarla y voltearla. O, simplemente, disfrutar de las diferentes tonalidades cromáticas que se forman, de las zonas brillantes, y de los objetos que caen lentamente gracias al glitter.

 

Botella de la calma Montessori

 

Botella de la calma Montessori

 

Botella de la calma Montessori

 

Espero que os haya gustado la manualidad infantil de la botella de la calma. Además, os animo a conocer cómo se hacen las cintas de viento Waldorf. También, os invito a dar un paseo virtual por el blog, y por nuestras secciones, manualidades infantiles y recursos creativos.

 

Y, antes de despedirme, os quiero hacer una recomendación. Si estáis pensando en planes de ocio en familia para hacer durante las vacaciones, aquí os dejo una selección de 23 hoteles con toboganes acuáticos para niños en España . Nosotros hemos estado alojados en algunos de ellos. Y otros, nos los han recomendado familiares y amigos.

 

¡Gracias por estar ahí!

 

¡Nos leemos pronto! 😉

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