¡Hola!  A estas alturas, probablemente ya sepas que tengo Enfermedad de Crohn. Así que, hoy te voy a hablar sobre ello. Y en concreto, voy a contarte cómo influyó en mi embarazo y en mi lactancia.

  • ¿Por qué te cuento ésto ahora?

En primer lugar, porque creo que mi experiencia puede ayudar a otras mujeres con enfermedades inflamatorias intestinales, que quieren ser madres. Y en segundo lugar, porque yo busqué información al respecto hace años, cuando lo necesité, y sólo encontré un vacío enorme, además de bastante confusión sobre el tema.

  • Todo tiene un comienzo
Empiezo por el principio, para que comprendas mejor la evolución. Pero seré breve, no te preocupes… En el año 2003, me diagnosticaron por primera vez colitis ulcerosa. Se trata de una enfermedad crónica y autoinmune, que se manifiesta en forma de inflamación y úlceras en el colon, a lo que se denominan “brotes”.
Ésta es la prima hermana del Crohn. Y aunque ambas son enfermedades inflamatorias intestinales muy similares, la primera es más leve que la segunda. Y es que el Crohn puede afectar a cualquier parte del aparato digestivo, no sólo al colon.
Después de aquel primer diagnóstico, y un ingreso de una semana en el hospital, estuve asintomática cinco años. Para entonces, mi colitis ulcerosa se había convertido ya en Crohn, y fue cuando comenzó mi calvario particular. Dolor abdominal y de las articulaciones, sangrado, fiebre, úlceras en el tubo digestivo y llagas en la boca, empezaron a ser síntomas bastante frecuentes en mi vida.
Mi doctora me explicó que el Crohn era un escalón más, y que esta enfermedad autoinmune, que se manifiesta en forma de inflamación y úlceras, ya no sólo afectaba al colon, sino que ahora podía darse en cualquier zona del tubo digestivo (desde la boca hasta el ano). Así que, me cambió la medicación y me habló de ir introduciendo, poco a poco, un tratamiento más fuerte.
De repente, mi mundo se detuvo porque, desde hacía meses, mi reloj biológico se había despertado, y ardía en deseos de ser mamá.


  • Mi deseo de ser madre y el Crohn
“¿¡Madre!? ¿¡Ahora!?” – dijo mi doctora. Y después, se hizo un silencio sepulcral tras un “¡No!” rotundo y contundente, que me partió en dos. Esta fue la respuesta que obtuve. Y aunque me sentó fatal, mi doctora tenía toda la razón del mundo. Con gran sensatez, me indicó que no era el momento. Tendríamos que esperar a que yo estuviera unos meses en remisión, para poder intentar quedarme embarazada. Ya que tener un bebé durante un “brote”, pone en riesgo la salud de la madre y de la criatura. Y no había ninguna necesidad de ello.
Así, fueron pasando los meses y nunca era el momento. Cuando por fin me dieron luz verde para intentarlo, mi madre enfermó y ya lo tuve que dejar aparcado. Y… menos mal que lo hice. Porque la tensión y el malestar por lo de mi madre me hicieron recaer y entrar, de repente, en un bucle de brotes. Uno detrás de otro. Cada dos por tres estaba con úlceras. Tuve varias bajas laborales, y hasta un ingreso en el hospital.
Mi sueño de ser mamá…se desvanecía. Cada vez, estaba más lejos.
 
Después, los que me leéis habitualmente ya sabéis lo que me pasó. Mi vida se convirtió en una montaña rusa, en una carrera de obstáculos, pero con final feliz. Te cuento esta otra parte en este post, que escribí hace un tiempo, ya que hoy me estoy centrando en la Enfermedad de Crohn.
Tras el fallecimiento de mi madre, si me has leído, sabrás que me quedé embarazada, pero tuve varias pérdidas gestacionales. Mi doctora de digestivo me hizo varias pruebas, para descartar que estos abortos estuvieran relacionados con el Crohn. Y en mi caso no tenían nada que ver.
Así que, me hicieron un análisis de sangre para comprobar si tenía anticuerpos anticardiolipina (ACL). A veces, un pequeño porcentaje de las mujeres, tanto enfermas de Crohn como sanas, los tienen. Estos anticuerpos aumentan el riesgo de tener un aborto espontáneo. A mi, el resultado me dio negativo. Por tanto, en mi caso estas pérdidas no habían sido por ese motivo.

  • La Enfermedad de Crohn y el embarazo:

Por otro lado, mi doctora me contó algo relacionado con la Enfermedad de Crohn y el embarazo, que quiero compartir aquí, porque creo que es importante.

Enfermedad de Crohn, embarazo y lactancia.

Antiguamente, en la época de nuestras abuelas e incluso nuestras madres, a las mujeres con enfermedades inflamatorias intestinales (y otras enfermedades crónicas), les daban muy pocas esperanzas respecto a su posibilidad de ser madres. Incluso, en muchas ocasiones, les decían que no podrían serlo. Les negaban la opción de la maternidad.

Hoy, por suerte, la ciencia y la medicina han avanzado, y las mujeres que padecemos este tipo de enfermedades, si podemos ser madres. Es más, cuando estamos en remisión, tenemos las mismas posibilidades de concebir que otra mujer sana. Y por supuesto, si estás con la enfermedad activa, es decir, con un brote, no puedes ni debes intentar quedarte embarazada. Aparte de que sería un riesgo innecesario empezar una nueva gestación, en ese estado.

Por otra parte, también puede ocurrir que te quedes embarazada estando asintomática y por desgracia tengas un brote en el embarazo. ¿Que podría suceder en esta situación? Pues, los médicos lógicamente tendrían que valorar el caso concreto. Pero, mi doctora me explicó en su día que, en la actualidad, hasta se podría operar a la paciente estando embarazada, si tuviera un brote grave. Así que…aunque hay que tener respeto a la enfermedad, tampoco hay que sentir miedo, ya que hoy disponemos, por suerte, de muchos más recursos que antes. ¡Menos mal!

En mi caso, por suerte, no tuve ningún brote durante mi embarazo. Cuando me quedé por fin embarazada de mi hijo Yago, me redujeron la medicación al mínimo, pero no me la quitaron del todo. Cuando estás embarazada y tienes que tomar una medicación crónica, primero los médicos valoran qué nivel de riesgo supone para el feto. En mi caso, mi medicación era Mesazalina, y no suponía un riesgo para el bebé, y menos en una dosis mínima.

El embarazo fue transcurriendo con normalidad. Me veían los dos especialistas: el ginecólogo y la doctora de digestivo. Tuve más análisis, revisiones y ecografías que en un embarazo normal. Me llevaron por la consulta de alto riesgo. Estuve de baja y en reposo casi desde el principio. Y en mi caso, hasta mejoró la enfermedad durante en embarazo, gracias a las hormonas. Éstas, según me explicó mi doctora, trabajan para que nuestro intestino vaya a un ritmo más lento, con el fin de proteger la gestación en curso. Por eso, muchas mujeres embarazadas se estriñen. A mi esto me vino genial, ya que mi intestino estaba en calma. Pero, no siempre es así. Por eso, este tipo de embarazos los tienen mucho más controlados que los normales.:

  • La Enfermedad de Crohn y la lactancia:

Durante la lactancia, la enfermedad de Crohn también se mantuvo asintomática. Pero, hubo que reducir aún más la medicación. Así que, sólo pude dar el pecho a Yago durante 5 meses. Al estar todo el embarazo con una dosis mínima de medicación, mas el tiempo de la lactancia, mi enfermedad ya necesitaba volver a su dosis normal.

Enfermedad de Crohn, embarazo y lactancia.

Fue una situación complicada. No os voy a engañar. Tuve que hacer un ejercicio de contingencia y un esfuerzo mental importante, para no sentirme culpable por tenerle que quitar la teta a mi hijo. Pero, era una cuestión de salud. Y Yago ha crecido sano y fuerte, también con leche de fórmula. Por eso, aunque yo sea más partidaria de la lactancia materna, respeto todos los tipos de lactancia por igual. Pues, cada situación es diferente y hay que valorar cada caso. Más adelante, en otro post, te contaré mi experiencia con la lactancia materna, que no fue muy buena. No sólo por la parte relacionada con el Crohn, sino por otros “problemas añadidos”.

Por último, os quiero hablar de un recurso muy útil, que utilizaron conmigo los médicos y el personal sanitario durante la lactancia. Se trata del proyecto  www.e-lactancia.org en el que podemos consultar la medicación que tomamos, y el riesgo que supone durante la lactancia materna. Esta plataforma tan útil, está creada por pediatras y profesionales de APILAM (Asociación para la Promoción e Investigación científica y cultural de la Lactancia Materna). Es un recurso muy profesional, y no sólo podemos consultar sobre medicamentos, sino también sobre infusiones y muchísimos tipos de sustancias. Por cierto, el blog de APILAM también tiene información muy interesante, sobre lactancia materna.

Y hasta aquí mi experiencia con la Enfermedad de Crohn,durante el embarazo y la lactancia. Espero que pueda ser de interés y servir de ayuda a todas aquellas mujeres con enfermedades inflamatorias intestinales, que estén tratando de ser madres.

Antes de despedirme, te invito a dar un paseo por nuestra sección de maternidad.

¡Un saludo!

 

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