¡Hola creativ@s!
Hoy, hablamos sobre los beneficios para el desarrollo de los bebés mientras juegan en los parques infantiles, en casa. También, os cuento nuestra experiencia con ellos, cuando mi hijo era pequeño.
Mejorar y fortalecer de la motricidad del bebé.
Juegos y ejercicios para favorecer la motricidad gruesa.
Además, podemos complementar estos ejercicios, colocando dentro del parque infantil, un gimnasio para bebés o una estructura con juguetes móviles. Así, mientras el bebé permanece tumbado boca arriba, comenzará a patalear y a bracear. Primero, intentará tocar con las manos y pies a los juguetes. Más adelante, conseguirá, incluso cogerlos con la mano.
Una vez que el bebé ya sostenga la cabeza, podemos probar un ejercicio para fortalecer la espalda. Desde la posición de estar tumbado boca arriba, consistiría en coger al bebé de los brazos con suavidad y subirlo lentamente hasta la posición de sentado.
También, podemos realizar un juego similar, dándole al bebé un aro para que lo coja. Después, sujetándole sus manitas con suavidad, moveremos el aro para levantarle, hasta la posición de sentado.
Para fortalecer el tronco, podemos colocar a nuestro bebé boca abajo sobre una pelota grande, del estilo de las que se utilizan en pilates. Después, con mucho cuidado, realizaremos un balanceo suave hacia los lados.
Juegos y ejercicios para mejorar la motricidad fina.
Con respecto a la motricidad fina de manos y dedos, también hay juegos muy divertidos para llevar a cabo con nuestro bebé. Por ejemplo, podemos enseñarle a abrir y cerrar los dedos de la mano, como si dijera “adiós”.
También, podemos mostrarle el movimiento de la pinza, juntando el índice con el pulgar. O, incluso, mover la mano al ritmo de la conocida canción “Cinco lobitos”. Todos estos juegos sirven para fortalecer y desarrollar la destreza de los dedos y las manos.
Aprender a coordinar los movimientos.
Potenciar el sentido del equilibrio y la orientación espacial.
Los bebés, poco a poco, van adquiriendo el sentido del equilibrio, a medida que empiezan a fijar la vista y aprenden a coordinar la motricidad del cuerpo. En este proceso, participan un gran número de centros nerviosos y conexiones neuronales complejas.
Además, la maduración del sentido del equilibrio es más lenta que la de los demás sentidos. Aunque comienza durante el embarazo, el bebé no lo adquiere completamente hasta unos años después de nacer.
Para estimular el sentido del equilibrio y la orientación espacial de los bebés, podemos realizar algunas actividades dentro del parque infantil, en casa.
Por ejemplo, podemos tumbarnos boca arriba, elevar a nuestro bebé con nuestros brazos, dirigiendo su mirada hacia nosotros, y girarlo, suavemente, hacia ambos lados.
Para estimular el sentido del equilibrio, también, podemos trabajar con nuestro bebé el reflejo de la marcha. Esto lo haremos sujetando al pequeño por las axilas en posición vertical, con los pies rozando el suelo. Al sostenerlo, el bebé tenderá a caminar.
Fomentar la autonomía y la libertad de movimiento de los bebés en una zona segura.
Para ello, es importante que el interior del parque infantil sea una zona segura. Es fundamental que los objetos y juguetes que dejemos a disposición de nuestro bebé sean apropiados para su edad. Es decir, que tengan una forma, composición y tamaño seguros.Hay algunas características de los parques infantiles que los hacen más seguros. Por ejemplo, es muy importante la estabilidad, la resistencia, que los laterales permitan la circulación del aire, mediante una red segura, y que tengan tejidos transpirables. También, es fundamental que el suelo esté blandito y acolchado, y que tengan las esquinas redondeadas, para mitigar golpes y evitar accidentes.
También, es importante para la seguridad y el confort de nuestros pequeños, que haya una buena limpieza. Así que, son recomendables los parques infantiles confeccionados con materiales y telas desenfundables, que se puedan meter en la lavadora. También, hay que mantener limpios los juguetes y objetos que el bebé manipula, porque ya sabemos que se lo llevan todo a la boca.
Además, es fundamental que el exterior del parque infantil sea una zona segura. Para ello, es importante ubicarlo lejos de potenciales peligros.
El parque infantil debe ser un espacio agradable y confortable para el bebé.
El parque infantil, que tengamos en casa, debe ser un espacio agradable y confortable para el bebé, ya que seguramente pase muchos momentos jugando en él.
En este sentido, podemos hacerlo atractivo para el peque, colocando en él sus juguetes favoritos y otros objetos que puedan llamar su atención. Y, a medida que vaya creciendo, podemos ir incorporando elementos nuevos, sustituir los que ya tenemos, o irlos adaptando a su desarrollo evolutivo.
Además, es necesario que, en el interior del parque infantil, el bebé tenga espacio libre para poder moverse. Por ello, es importante que no haya una saturación de juguetes y objetos.
Esto es fundamental. Ya que el exceso de cosas provoca un bloqueo de los sentidos. Si esto ocurre, probablemente nuestro bebé no sepa por dónde explorar, ni con qué jugar.
Como os comentaba anteriormente, es recomendable ubicar el parque infantil en zonas bien iluminadas, a ser posible con luz natural. Y además, conviene que lo vayamos moviendo y cambiando de orientación, para que el bebé pueda conocer distintos ambientes y espacios.
Es importante que el suelo del parque infantil esté acolchado y las esquinas sean redondeadas. Así, el bebé podrá explorar y jugar con seguridad
Por último, ya hemos comentado lo importante que es extremar la limpieza cuando hay bebés en casa. Pero, no sólo debemos tener el parque infantil limpio, así como los juguetes del bebé. Sino que, además, la estancia de la casa donde esté ubicado también debe estar limpia y bien ventilada.
Potenciar el sentimiento de pertenencia y un óptimo desarrollo emocional.
Es fundamental sentirnos queridos y respetados. Y mucho más, en el lugar donde vivimos. Para ello, es necesario potenciar el sentimiento de pertenencia y un óptimo desarrollo emocional en los bebés.
Desde que nacemos tenemos la necesidad de pertenecer. Primero, en el hogar, los niños necesitan sentirse miembros de la familia. Después, en la escuela, ocurre algo similar. Necesitan pertenecer al grupo.
Por ello, os recomiendo educar a vuestros hijos con amabilidad y respeto, transmitiéndoles amor, afecto, cariño y aliento. Deben sentir el “calor de un hogar” desde que nacen.
En este sentido, es muy importante que tengan su propio espacio en casa, donde guarden sus juguetes y otros objetos personales. Puede ser, por ejemplo, una zona de juegos o un parque infantil.
Pero, además, debemos concederles un lugar en el resto de estancias de la casa, así como involucrarles en los planes familiares. Deben sentirse, desde que nacen, miembros de la familia. Así, tendrán cubierta esa necesidad de pertenecer, tan importante para su desarrollo emocional.
En relación con esto, os recomiendo involucrar a vuestros pequeños y darles su sitio, en cada una de las estancias y actividades cotidianas de vuestro hogar. Así que, os dejó aquí una publicación sobre Montessori en el hogar, que escribí hace un tiempo, y os puede resultar útil.
Por último, es fundamental fomentar una actitud positiva y un clima agradable en el entorno del bebé. Lo ideal es que el adulto y el niño tengan una relación basada en la confianza y el respeto, desde el principio. Esto mejorará la autoestima del pequeño, le aportará seguridad y confianza en sí mismo, desde su nacimiento. Con ello, estaremos fomentando un óptimo desarrollo emocional.
Aprender jugando es la mejor forma de aprender.
En este sentido, debemos dejar que nuestros bebés exploren y experimenten, fomentando el aprendizaje por descubrimiento. Debemos dejar que hagan y deshagan, que se equivoquen, y que aprendan a encontrar la solución. Debemos concederles autonomía.
Además, el niño debe ser el protagonista de su propio aprendizaje, participar activamente en él, y, a partir de ahí, construirse a sí mismo, integrando aquello que le ofrece el entorno.
Por su parte, el adulto, debe acompañarlo durante ese proceso de aprendizaje, observar su comportamiento, ser su guía, y facilitarle materiales y recursos. Pero, siempre, desde un discreto segundo plano. Cuando surja una dificultad, el adulto puede intervenir. Pero, siempre lo hará, tratando de no dar más ayuda de la necesaria.
Los ambientes y espacios deben ser entornos creados y pensados para los niños, exclusivamente. De manera que, estén centrados en sus necesidades e intereses, que sean accesibles para ellos y estén adaptados a su edad.
Este es el ambiente ideal para que aprendan jugando. Dejar que todo fluya de manera natural, sin imposiciones. Hay que evitar el autoritarismo y la rigidez excesiva. Debemos proponer límites y normas, pero, siempre desde el respeto.
Estimular el desarrollo cognitivo y sensorial del bebé.
En casa, nos encantan los juguetes y las manualidades sensoriales. Además, en la actualidad, hay muchísima variedad y son muy beneficiosos para el desarrollo del bebé.
Por ejemplo, hay juegos con distintas texturas, para que el bebé las pueda tocar. Otros, para escuchar diferentes sonidos y melodías.
También, podemos preparar nosotros juegos para que experimenten con olores y sabores. O, incluso, para estimular el sentido de la vista, puede ser interesante jugar a apagar y encender una linterna, sin enfocar al bebé directamente.
Hay algunos parques infantiles que incluyen juguetes sensoriales. El que mi hijo Yago tenía de pequeño, incluía una zona con telas de diferentes texturas, y una pelota blandita, de muchos colores, que al moverla emitía sonidos.
Además, nosotros también podemos incluir en el parque otros juguetes sensoriales. Lo más importante es que sean seguros y apropiados para el momento de desarrollo en el que se encuentran nuestros pequeños.
Los juguetes y las manualidades sensoriales, además de estimular los sentidos, fomentan el desarrollo cognitivo y afectivo. Y, también, contribuyen a mejorar la creatividad infantil, la atención y la concentración.
Respetar sus ritmos y tiempos de aprendizaje y desarrollo.
Respetar los ritmos y tiempos de aprendizaje y desarrollo de nuestros pequeños es fundamental.
Debemos dejarles el tiempo que necesiten para jugar, experimentar, explorar, pensar, actuar, expresarse, o realizar cualquier actividad, sin ser interrumpidos.
Cada niño es diferente. Tiene su propio ritmo de desarrollo. Y, por tanto, también, aprende de forma distinta.
Por ello, como adultos, debemos adaptarnos a los ritmos y tiempos de cada niño. Sin prisas. Sin tratar de adelantar etapas. Dejando que todo fluya de la forma más natural posible, mediante una estimulación temprana respetuosa.
Para poder adaptarnos a sus ritmos y tiempos, es fundamental observar y conocer bien a cada niño. Debemos entender que, incluso la actividad más insignificante, puede ser de gran relevancia para su desarrollo evolutivo.
Y hasta aquí… la publicación de hoy. Espero que os haya resultado útil y os haya ayudado a conocer mejor los beneficios para el desarrollo del bebé, al jugar en los parques infantiles, en casa.
Antes de despedirme, os invito a dar un paseo virtual por el blog.
¡Nos leemos pronto!
¡Gracias por estar ahí! 😉